martes, 20 de agosto de 2013

Apenas


Restos golpean contras las piedras. 
Maderas podridas, astilladas, quebradas. Las olas las empujan sin ganas contra el borde de rocas. 
El sol arriba, ajeno a la nostalgia esa de lo que fue una construcción. 
Nadie mira. 
Nadie sabe. 
Todo es desierto. 
La voz de las olas, monótona, impecable en su ética de confesar todo lo arrastrado, sisea en el viento. Concesión perdida de sonidos que nadie escucha. Pérdida furiosa de tiempos y olvidos. Maderas amnésicas de árboles.
 Costa ciega. 
Pájaros sordos que no se detienen. Rocas mudas en un eterno encogerse de hombros. El sol arriba, tajea el cielo para otros. Otros seres. Otros mundos. Otros días.

Y todo eso por dentro.
Apenas todo eso.
Restos.

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